miércoles, 4 de mayo de 2016

Partícipes



La mañana vocifera
su aroma
por todos los rincones,
ella tiene arrojo,
se rehace
en cada pueblo,
por cada vena
ama y ama
semilla a semilla
desde el sol de mayo
hasta la uva desmedida
del jardín donde
los viejos árboles
rehúsan extinguirse
al pie de unas aves
que cantan colores
de frutas flamantes
en medio de mil espinas.

A la mañana 
le gusta llegar temprano,
añil como la tierra 
para ponerle
alas al alma,
avena viajera,
alimento silvestre,
deshojada es tan sencilla
como sus palmas
partícipes,
geológicas,
claras,
mientras el hombre 
es del aire
que toma,
y la mañana 
que lo envuelve
ambos empeñados 
en ser uno
sin abandonar
su propia esencia.





Imagen tomada de la red





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