viernes, 14 de julio de 2017

Libertad celeste


Si soportas la afónica espina del invierno,
mezclando narices y jornada,
con las cuerdas vibrando el acero airoso,
sabrás lo que es subir una cuesta con las manos.
Palabra en medio de los ecos
luego el espacio no para,
soy descarga vigorosa del bosque y el torrente,
destilando ocre sobre los oídos sedientos,
aún hurgo a tientas el mundo,
fue ahora cuando empezamos,
desnuda solo vestida con la piel de mi alegría,
mi torrente iza su contacto rústico,
continúo presintiendo, 
deduciendo vestigios en la niebla,
como la física a la energía negra,
pensamiento reticente de titanio,
la muerte se hastiará de esperar,
porque eres tú a quien contemplo,
soy la tierra envuelta en tus trazos
locos de rocío y espuma,
cada vez que te cruzo dejas en mi sangre
una nueva esencia que a cada momento me emerge,
recreo con insistencia tu nombre,
cumbre de la vida en la planicie azul,
estoy allí, reclinado, parado, sentado, postrado,
justo al canto de tus labios mi inmejorable sonrisa,
masticamos nuestro delirio arándano
sobre la claridad diaria del asombro,
habrá imaginado alguien antes de ti la luz,
son para mi tus pelos lo que nos entregan el calor,
mis sentidos reconocen emocionados  
tu tropical abanico níveo de ternura,
al primer intento nos damos todo,
labra interpretación de la rosa,
¿con qué tejieron la suavidad de tu tez
que trepa a los árboles para ser mariposas?
tú creciste amada por la libertad celeste
y tus alas baten hoy más fuerte
reflejo de nuestras entrañas.






 

 
 
 


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