domingo, 31 de enero de 2016

Ramillete



Hoy tu pecho continua
liberándote,
late como el mar,
ola tras ola,
repica prójimo, 
tañe distinguiendo
lo que escapa
de lo que retorna. 
Vienen y van las calles,
arden, suben y bajan,
rastreando el cielo,
latido, verbo,
insistente aguacero.

Ahora tus manos
te siguen soltando,
se extienden, 
despiertas
surcan los aires,
revolotean mi edad,
envenenan al hambre,
son como la justa tierra
todo lo transforma, 
sustenta el horizonte
recién amanecido,
ellas conducen a mis ojos
y a quien duerme.

Tus pies, presente,
al andar se hacen
retozan y tiemblan,
son como el camino
que reciben los tranco,
y nos ponen en ellos,
trasladan el morral
cubiertos de piel íntegra,
emancipan el aliento,
desde aquí hasta allá,
a ritmo de dos cuartos,
corren, danzan,
fieles compañeros 
andurriegos al fin.

El ramillete de tu cuerpo
con su apetito
de recuerdos
rotos y enteros,
tiene el claro propósito
de revivir implacablemente.







  


 









 






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