martes, 28 de noviembre de 2017

Comunión




Amor, amor estás riendo
y en el compás de tu risa está tu nombre,
el mundo es del aire que lanzas,
del estruendo telúrico,
de las arrugas que desde las entrañas
marcan tu rostro primavera,
recital de fluido y viento,
la tierra no quiere más semillas
que tu risa de polvo y sangre,
te hundirás decía mi padre
pero luego serás feliz,
estoy hundido en la profundidad de tu risa
y no es después que soy feliz, sino ahora,
bajo el ritmo amplio de tus piernas firmes.

Está en tus ojos risueños la evidencia del suelo en brote, 
oh hogaza y sal acogedora,
no hay melodía mejor lograda
que el trino del zorzal en contrapunto a tu risa,
en tus ojos apenas abiertos por dónde camina el universo,
descubro un mundo mejor, más humano, unánime,
como un prodigio, en un instante
me llenas de frutos libres de tóxicos,
no hay mejor manera para romper el silencio
y respirar el terso aroma de los alhelís,
risa crisantemo, clavelina, maracuya,  
cuantas eras y mártires para tu risa de remedio y eco,
¿cuanto más hay en ella que desconozco?
pero vamos, continua abrigándome con tu risa,
donándome la luna, el sol, las estrellas,
las aves, las montañas, los mares
si, tu risa, tu boca, tu risa es ahí donde comulgamos.













     




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