Corre preciosa, corre
donde se rompa el cristal
sin tañido de campanas
por falta de anidar,
entre tus manos llevas
al viento con yesca,
la hoguera no está
vencida
y subsiste la ventana
por la que te filtras
con sinfonías de alientos
enteramente por partes
con tu secreta indecisión.
Sonata de pigmentos
que se oyen y se ven
que se leen sobre
la hierba de esta
cuenca
de labios que gustan de
besar.
La naranja que viste
el semblante tierno, duro,
en la granja pintada de azul,
en el huerto donde la más bella flor,
captura el rocío,
en distinta dimensión ambos atrapados,
hasta que alguien cruce el umbral
y en ese mensaje nos volvamos amar.
Leerse entre líneas y descubrirse en los párrafos de esta hermosa composición, es la más bella de las experiencias vividas en toda la historia de quien se cree protagonista de estos versos y solo queda decir gracias por que la vida se tiño de colores y de profunda emoción.
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