viernes, 5 de julio de 2013

INSTANTES


Dejé todo lo que había,

no olvidé nada,                         

el camino no es mio

como está claro que es,

 camino sin volver.


La gente, sus caras,

sus casas,  la sal de su tierra

es nueva y yo para ellos también,

la inseguridad es permanencia,

el futuro con sello de garantía

de incierto,

en medio del desierto quedó

mi manera de pensar, mis  planes,

me arranqué con fuerza de mí mismo,

sé donde quedaron mis costumbres,

lo que poseí no es más mio,

mis conexiones se desvanecen,

me aventuro en este viaje del que no conozco

el final como destino,

sin explicaciones, ni preguntas,  ni respuestas,

andando sin reparo, la voz profunda llama,

no hubo despedida clara ni derecho a saber

a donde llegara y ando en confianza como si no estuviera

solo, pasa el tiempo hasta que se presente el momento

del que no sé la fecha, ni cuándo será que arribe.


Dejé los cálculos conocidos y por saber,

 las medias verdades con disfraz de certezas,

 el aval al que empeñé  mis días,

 las condiciones iridiscentes

de felicidad asegurada,

las ganancias protegidas

 justificadas por los medios,

y todo lo que creó mi muerte

antes que venga en mí,

dejé al instante inexistente la suerte,

y al destino,  el instinto, el maravilloso

instinto,  que me permite decir,


qué bueno que no me fui.

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