Al abrir los ojos, y las puertas, y las ventanas
con el golpe de la luz, del viento, del bullicio,
entra también la mañana con beneficioso
olor a fresco experimento que quizás no llegue
o a quedarse satisfecho por no dar mensaje
en ningún género literario,
o a no dar un norte
en el transparente campo magnético,
quizás no llegue a la noche,
ni a ver mi calavera con
la vista
en ninguna bandera,
ni a embriagarme con
el concepto vino,
ni a estar totalmente presente
de abrir los ojos y ver con el corazón.
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