Por encima de la casualidad,
las nubes viajan,
al sol esconden,
sangre de vetustas plegarias,
el amor aunque duele,
aunque todo lo agita
es lo mejor que existe.
Para sorpresa de ambos
el manzano floreció y
el gatito perdido regresa
a maullar sobre el muro,
para que me escuches tú,
el universo entero y
mis oidos se afinan
con tu voz,
tu albedrío es tan hermoso
que no puede
ponerse en palabras,
sino de par en par
mis alas al viento,
cuán suficiente
para mi vida tu torso
que escala yema a yema
por mis manos calientes,
dulce, el paraiso tiene
el sabor de tus labios,
allí en ese instante
el mundo nace
entre fluídos ciegos
y tus manos blancas,
mujer cuántica,
mía y tuya
en una sola variable,
vinculando en el contacto
dos fantasías,
mujer, en tu existencia
se resume el amor,
y cuán minúslcula es la mía.
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