Lula me exfolia los brazos
con su pequeña lengua.
una vez más cruzamos,
ilusiones,
realidades,
sueños y
desconfianzas.
Frente a los jardines colgantes
muy lejos y muy cerca
en medio
de babilón,
refresca la memoria como la tierra,
donde yergue la solitaria rosa verde,
paseando sus encantos,
con valentía,
aquella profunda convicción
que la alumbra en gloria,
acertado corazón,
cuando es contigo
deja de ser virus.
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