jueves, 14 de julio de 2016

Preservas



Preservas
lo que siembras
en mi corazón
con el crepúsculo 
de tu mirada,
agua clara,
aire eterno,
precipitas 
el universo
en mis manos,
nuestras sustancias,
la greda que acariciamos.

No puedo vivir
sin asirme a ella
en oído, pies y labios,
sin palpar el trayecto
de sus fluidos y sombras, 
sin probar como mi origen
busca en su extracto
la eternidad. 

Te contemplo,
llegas de otra 
creación,
no menos violenta
pero mas imaginativa,
un lugar deshecho
y vuelto a inventar,
a la orilla de las tinieblas
y de la luz, 
donde se inicia el silencio
y el aliento 
del firmamento
es amor puro. 

Amor mío, 
inagotable testimonio.
Pertenezco al misterio
del horizonte sin barreras
donde las magnolias rojas  
entre abren el sol 
de la mañana,
no me resisto 
a la voz de la tierra,
ella, luz del universo,
morada,
hasta el mas recóndito
rincón, 
lucha del ser en el tiempo,
a través de errores abundantes
y de aciertos,  
hebra de sangre y liquen,
de inagotable germanización,
vitalidad amplia,
yo aprendí a alzarme
en el vuelo de tu mirada,
pertenezco a la polaridad
con que te aferras
a la tierra,  correspondo
a la sinceridad que nunca
se detuvo, a la linea ondulante
con la que sujetas
nuestra planetaria existencia.





















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