domingo, 3 de julio de 2016

Talle de sal



Arden los dioses
en el mano partera
de la tarde.
oh, tú, prójimo
de la primera luz,
indagadora
del corazón
despistado,
aduéñate del
tibio espacio   
y no te apartes
hogaza mía 
de cada día,
ponme a tu orilla,
aúpame hasta ti,
aliña mi historia
fragmentada,
con tu talle de sal,
no prives a mi ilusión
esta alegría,
háblame, 
con el color de la flor,
espesura de viento,
alivia, 
no dejes que muera,
recítame, si hazlo,
con tu lengua de sustento
donde gravitan 
todas las piedras 
del universo,
y tu eterno canto 
de amor.















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