jueves, 1 de agosto de 2013

Amancaes

La calle no tiene transeúntes

sólo gotas de sudor transgénico

en medio invierno de las contradicciones,

los discípulos que siguen al maestro

que lleva tiempo sin enseñarles

siguen recibiendo nada, las mentiras

se envuelven en papel de regalo

todo está claro, como los gatos negros

o pardos que se cruzan al encuentro

de quien cree saber dominar el medio

con una máquina que destruye la permanencia

en progresión logarítmica a todos juntos

y las veredas ya no lucen amancaes,

ni marineras, ni jinetes que los anden

sólo un esquizofrénico tráfico

de pacientes por su droga,

por su agresor, de incitaciones violentas

y víctimas del ansioso presente

que los devora sin que nadie pueda vencer,

o que se venció a practicar lo que predica,

si sólo limitara a predicar lo que practica

cuan más farsante sería el águila


que murió creyendo que era gallina,

en la avenida vienen y van, brincan y esquivan

vientos y rayos, truenos y lluvias con smog

como conjuros que invocan transformación,

azar de otra prudencia, quizás no sea hoy

quizás nadie venga de ningún lugar,

por ninguna vía a salvarnos

de nosotros mismos o quizás ya vino

y lo asesinamos con las manos punzo cortantes

del destino, todos nos llevan al mismo,

no se puede saber si llueve hasta que moja


la calle, la hoja en la que escribo

con la misma tempestad que calma.

  





1 comentario:

  1. "Las flores del inca" por su dorado color, sucumbieron ante el concreto, el asfalto y la polución.

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