era nuestro elemento
nuestra isla sin daño
sin llanto, sin lamento,
cruzamos miradas sin despedidas
tu sabor mi recuerdo,
fui dejando mis ideas
y nos bañamos con el aire
que tomábamos al emerger
de las profundidades.
Sirena de similares sueños
me enseñaste a vivir
las cosas sencillas
buscar nada en ningún lado
y abandonar
lo que no valía la pena,
aprendí a no pertenecer
ni a las horas ni a los días,
atado a sus caderas de arcoíris
fui olvidando de quien era
surcamos aguas heladas delirantes
tan libre, tan mojado
las burbujas compañeras
por millas lejos de las orillas
lejos de las ciudades
de las mezquindades
como dos mamíferos
amando el agua con todas
sus dificultades.
Aun sigo esperando
encontrarnos en alguna
noche de luna llena
yo y la sirena.
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