con la baja temperatura
del chorro de agua
que amorata la piel,
o es que soy una efusión
que pierde calor
en el desfiladero
de la indiferencia,
no soy frió
solo falto de calidez.
después de unas horas
y entre tanto
me calmaban con caricias
que ablandaban
los nuevos momentos.
Las eventuales
nubes de algodón
se interponían entre
la escasa luz de cielo estrellado
que me envolvía
noche mujer,
quizás desde ahí
no olvido lo bien
que me hace el amor
la luz y el calor.
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