
El indescifrable océano,
los pies de la mañana
que bajan de la montaña,
florecilla de cristal
junto al canto del zorzal,
jornada que bien puede
ser la última en mostrar los dientes,
el ocaso convertido en la escala de DO,

varados por el oleaje,
bombo con su llano perímetro
de primaveras celeste cielo,
y mieles sin colmena y con calle,
me advierto en todos, en todo.
Todo me descompone y compone,
tengo que interpretar
lo que me quiere decir.
Roce del saliente de los pechos

cura del solitario gérmen,
en el momento que me sostengo en tus labios,
me distraigo, si amor, me distraigo.
y mis cuerdas tiemblan
como la tierra enfurecida,
mis pasos se niegan a dejarte,
bajo la oscuridad del cerezo indómito,
total, sin una aclaración, cerca de nada,
te pertenezco con mi todo,

y con que nadie lo sepa,
con mi retiro desatendido,
te correspondo en el círculo armónico
de la cintura que quiero besar,
al no saber quién eres
te correspondo, porque en verdad te digo

que yo, estoy aprendiendo a concernirme
contigo.
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