Que no se agote el día
sin haberme atrevido un poco más
a ser yo en el intento por felicidad,
sin haberme extenuado en el amor,
en el paso y la avanzada,
que no se acabe, sin adicionar mas sueños,
una comarca, un ser a manos llenas,
sin luchar tenaz contra el desaliento
aunque él venga de tus ojos
donde escasea mujer en un grano,
sin que se fatige mi instinto por expresar,
hambre, pasión, enojo, trayecto.
Que no se agote el día
sin ser albergue o algo inusual,
sin haber discernido entre la palabra
y la poesía que canjea al mundo,
sin deshacer las vendas del corazón,
y mantener la esencia intacta
protagonista de mi propia crónica,
genitales con versos contenidos,
sin que nos derribe la lástima,
sin haber condenado a la piedra
al brote de una rosa nueva,
y el sereno de la mañana,
tu puedes aportar una canción
romance, violines, proyectos,
que hermosa manera de ser libre,
huyendo presuroso de la conformidad,
gozando del pavor que es tener la vida
en frente, al costado enramada
de sangre y ternura intensa,
sintiedo en cada latido,
que en mí está el futuro
el canto, el libro, el albedrío,
como en los poetas muertos
que hoy están vivos,
alguna generosa angulación,
establecida como casa,
y en esa casa habitamos,
que no se acabe el día
sin que se haya existido.
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