Frente a frente tú y yo
perenne misterio.
Soy el quinto elemento,
tú un atardecer naranja,
con arco iris en las pupilas
y labios rozados
por pétalos de una parcela
de manzanos.
telar de síncopes con palitos
insatisfecho del sonido
que me llama, que me nombra,
mi mano no sabe que es mano
hasta que gotea
por unas uvas que cuelgan
de unos pechos robustos,
cristal, calles, guijarro amarillo,
jadeo el viento intangible que me cerca,
él sopla sin saber a donde,
allá voy, allá me esparzo,
caminos severos rebasantes,
puñado de esperanza
en mano descubierta,
hojas secas y algunas barcas,
me arrastran hasta el polvo
azuzado por mi propio peso,
lanzado desde una escalera de palabras,
dudo qué o quién,
a penas me aproximo
y un silencio canta
sin dueño ni aderezo,
desnudo y con sueños,
multiplicando el mundo,
Infinitas noches,
en un lienzo tranparente
me dejó el día,
nadie es mas que yo
salvo un grano de arena.
Con fuerza que tomo de la carne,
construyo un lugar
con olor a colmena y oceáno,
simple reflejo de sidra y espuma.
Libre de calcular minucias,
sé que soy, tú y yo, infinito
curvatura, trayectoría,
El pedazo de tierra mas exquisita
es el que recubre tu osamenta,
donde caben cada uno de mis dedos,
corazón flameado en suspiros trémolos,
he cedido ante la mirada travíesa de tú brío,
y con la reliquia de mis sucesos
me acerco a ti, a tu cuerpo,
a moldear la naturaleza,
ven ante mis ojos ventanal,
claro germen, en tu semblante
a vuelto a crecer la tierra,
como en mis entrañas
se ha dibujado tu mirada.
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