lunes, 3 de octubre de 2016

Dos de octubre


El sol primaveral
evapora el agua
de entre los poros,
tú me acompañarás
en el arenal, yo cogeré
tu mano inocente
que la muerte no concluye, 
los apios se dejan escuchar
en fragancias soñolientas,
el cielo corre sobre mí,
en el puerto no hay
sitio para la paz,
sólo para el ayer irreparable, 
la noche a pleno sol
reina por completo,
he quebrantado la rutina
del paredón blanco
con mi clamor ocre
viviente, orgánico  
aún a sabiendas,
insisto, no sé regresar,
respiro sobre el pico del día,
otros son los conspiradores,
canta la luz en todos los colores,
en todas las formas asimétricas,
a solo dos pasos las mariposas
revolotean sobre la tierra 
que se levanta con ojos
de niño sediento de calma,
a dos, tres, cinco dedos
palpamos el ahora,
la rivera inmediata 
se ha despeñado 
antes del crepúsculo.


 

 

 
 

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