Aguacero de aves sobre su ímpetu,
remontan luego de caer y caen
en bandadas, como tinta
en el papel humedecido.
Entrañables, aquellos
hacerlo ahora mismo en el parque,
aquellos que se transforman,
ignoran, se liberan,
aquellos que transfiguran
y rompe la simetría oficial
cubiertos con sus desnudos,
con las costuras de sus almas
que ellos mismos zurcieron,
pequeñas entradas a otro universo
por uno que si late, multiplica y suma,
mientras resuena una mano perforada,
que pueden ser dos y todas,
algo mas seco que un llanto
orbitando el planeta de cristales
pulido en un miércoles de reliquias.
cada quien de aquellos
que ahora son otros,
un soplo una brisa
un humor secretado,
un oloe sin nombre
en cada movimiento,
revienta una ola de sonrisas
tan líquidas como el depósito
hueco de un sol tibio,
veo una pierna de mujer
arañadas por el paso a destiempo,
estallido de huesos transparentes
cuando la carne era una sola,
y la luna mostraba su otra cara,
que resulto ser solo fantasía,
como el tiempo que avanza
Hay descarga de besos
entre gemidos y respiros,
cuerpos agonizantes antes fallecidos,
lo oigo son como aguacero
sobre la tierra y el mar
ha llovido fertilidad.
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