Pueda que la latitud nos libere
nos encuentre mas breves,
en habitaciones sordas,
con luz titubeante,
ríos sin riberas,
los martes y jueves
no quiero morir,
el amor aun nos tiene aquí.
Miro, ¡como ha hecho suyo!
la mujer entusiasmo
un poco de arena
veranos con venas
un cuadro gaugin,
su preciso talle
dibuja el jazmin
una bella locura
que nos hace surgir,
ha descubierto una forma
de fuego
bajo el cielo intenso
que empiza a llover,
ha localizado mi estela
en su mar,
donde suelo tomar
los presagios y poco de mi.
Es parte de algunos
lo que quiso decir,
reposamos para merendar,
ensalada fría de estrellas
en salsa de luna,
con guarnición de mar,
que vuela como una gaviota
salpicando un aviso
que me huele a sal,
la ternura contiene al amor.
Este no es un poema,
son las notas de la avellanas
con las forma mas pura
para verte reir,
y así un tanto vivir.
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