Mis pies, no son mi andar
y mis zapatos sólo
los ojos equívocos
de lo que creen que soy.
Tú en cambio eres el primer
aliento fresco del día,
y el último parpadeo de la noche.
Agitadora del aire inerte
detenido entre el cielo y sus confines.
Casi como si fuera un relámpago
que avisora cosechas
que calcina la osamenta,
animadito de sueños y pulsares,
admitiendo que el amor no se escoge,
él se anda queriendo paso a paso,
y muchas veces con las manos,
aquellas que tocan la obertura
de tu cuerpo y tu risa liberadora,
pero ves, aquí la luz se cuaja en calores,
sobre el torax pronunciado en relieves,
que a instanes presiona visiónes,
aunque pueda entender
que no eres mía,
contigo lo colmo todo, todo,
con tu ternura pigmentas mis palabras,
y te miro, te vuelvo a mirar
hasta inundar el espíritu,
hasta rebalsar compromiso
y ser un hombre sin años ni zapatos.
QUERIDO BETO...CON TU TERNURA PIGMENTAS MIS PALABRAS...★☆
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