sábado, 7 de diciembre de 2013

Ad honoren






Había que aceptarlo y para hacerlo

el proceso tenía que ser muy lento,

tanto como la ciencia cuando se auto corrige,

sin perder detalle ni extraviarme en él,

nuevos resultados experimentales

y nuevas ideas resuelven viejos misterios,

entre los dedos el control remoto de los afectos

mientras yo ahí anexando el presente

bajo cielos de lunas y soles

entre peripecias de sobre vivencia  

la existencia de todo y todos,

había que estar orgulloso del modo

en que me sacaba de apuros,

doblegaba enfermedades,

de cómo me respondía la guitarra

la batería y algunos versos,

de mis testigos y cómplices,

de mi amor en tiempos de comercio,

de mis medianos conocimientos diversos,

de mis amigas de prejuicios leves y poéticos,

del brujo de la sonrisa fatal,

de los centímetros con que nos alejamos

del cosmos  y de los neutrinos

con los que nos bronceamos, 

del vacío atento  que habita en mí,

de mi celibato ad honoren,

de la mueca que semeja sonrisa

por una adversidad más,

la felicidad tiene que ser otra cosa

que calculo puede caber en este mundo. 






No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Luna de flores

En conjunción la luna, el ulular de la lechuza, las buganvilias de color abstracto,  su torso de hogaza y la noche de barro. Las translúc...