sábado, 14 de diciembre de 2013

Tu el agua yo la sal




Mira como se reagrupan los lazos

desde las ventanas,  tú el agua

yo la sal erosionando ariscas peñas

aprendiendo amar

moviéndonos como el mar

en infinito balanceo,

nos quedan regalos por abrir,

frente a frente mirar,

escabullirnos en la intimidad

a tientas escudriñar cariños

que nos pueden redimir

de las palabras que existen,

y listo ver la semilla germinar

en nuestro <de dos se aprende>,

ya es tiempo,  a desplegar

alas camino al nido,

aunque siempre anduve por casa.

Al esclavo de la ausencia

le daré unas cuantas canciones

para que rompa cadenas

y  no duelan las espinas,

mi amor no colecciona pero une

nuestros labios cuando

pide que hablemos,

lo que nunca oímos, qué claro

entendemos, mi amor también

tiene miedo a las alturas

y repugnancia a lo que limita,

mi amor tiene paras y trabajos

vivas gratificaciones  

e intrincadas correcciones,

mi amor tenía pre cultura

antes que llegaras,  mi vida,

y hay algunas cosas por salvar

la rosa blanca, el río y las montañas,

nuestra esperanza de juntarnos

de encendernos o apagarnos

y los latidos que aguardan sus arritmias,

mírame soy feliz,  tú me has dejado así.



















2 comentarios:

  1. la rosa blanca, el rió, las montañas

    nuestra esperanza de juntarnos

    de encendernos o apagarnos

    y los latidos que aguardan sus arritmias,

    oye soy feliz, tu me has dejado así.
    HERMOSO!!!!!!

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