Por la mar salado,
por el sol cuarteado,
en mi piel se acaba diciembre
con un poco de enero,
con las cejas pobladas y
el cabello empapado,
con la frente hendida
y la cumbre nevada.
La amargura, lejos del amor
y la holgura se data,
rodeado de pirómanos,
hipótesis,
desbarajustes,
traiciones e inventores,
el satisfecho desprecia
al desdichado,
al que lo induce y al que yerra.
Como la flor brota y se marchita
y pasa como sombra sin pausar
se deshace
como leña carcomida
como el vestido que se come la polilla,
en mi piel se acaba diciembre
tal vez con un poco de hambre
con un poco de enero.
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