Puedo darte un equitativo
suspiro como sustento ahora
que estamos próximos,
haciendo de iras, flores,
sin extraviarnos en lo obvio.
Puedo dar con albedrío, sin medida,
todos mis días, apropiadamente
frescos, limpios, agradecidos,
y
todas mis noches requeridas,
sosegadas, esenciales, reservadas.
respuestas hendidas de resistencia
a verlo todo superficial,
y de
mi paso por la tierra
una señal a tu costado.
Puedo dar una lección
sin que ocasione una lesión
una suma de compases
sin preámbulo ni prolongar
lo que quiero ir contando,
y al inhalar, procurar como tratas de ser
quien dé el aire.
También puedo darme en juegos
de niño que no se amaina
ni se deja vencer, ni envejece.
De que vale tener los bolsillos llenos
y el corazón vacío o hacer las cosas sin amor.
y el corazón vacío o hacer las cosas sin amor.
en cada aurora, en cada ocaso
y ofrecerte mi constancia deliberada,
mi entendimiento y afectos.
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