El contrabajo relega la noche mas densa
estremece lentamente mi alma
y mi vida oscila en clave de fa
sin que nadie entienda
el murmullo húmedo de mis pupilas,
entonces, mi organismo vibra
por los redobles de algún baterista
de las tormentas, del tiempo
de las vasijas reservadas,
de una herida por lo que sea abierta
en las secretas indagaciones que no asustan
que sería de mí, sin tus ojos de canción
sin tus manos de día, de alfarera de verdades
agárrame con todo tu viento y aliento
como si fueran las horas de sal y sol,
sino fuera porque eres mi noche
mi jornada, mi serena suavidad
que en verano te enredas en mis sueños
como el jazmín que alcanza la ventana
y me deja su aroma de vida por el que vivo
o muero radiante.