Para que me agrade algo
tengo que sentir
infinidad de repulsiones,
y tu tonalidad y perfil
son como yo quiero,
es inventar figuras
cargadas de sentido
y ungidas de música
para acercarme y describir
lo que haces por mí,
desde la poesía hasta los labios
eres mía mujer, dulce mujer
y habitan en tu existencia mis sueños,
el Creador me facilitó el primer verso
los demás los hiciste tú cada noche
cada día que anduviste conmigo
con esos preciosos pies que mi esencia
dora al calor de nuestras manos
cosechadora de canciones sincopadas,
improvisadas y muy hermosas,
cielo azul que cruzas extendiendo
los brazos como entregándote al infinito
anidas aquí donde nadie lo hizo antes,
y cómo fue que llegaste y por dónde
se transpuso la intimidad de tu razón
clara, más transparente aún
como el liquido que envuelve el núcleo
y lleva toda la información
asumiéndolo en palabras y silencios.
Caminas, vamos, subimos, bajamos,
hoy no hablaré de flores,
bastará que te reflejes en el espejo de agua,
ni de estrellas, porque las contienes
en tus ojos fresca luz de luna
que asomas por la ventana.
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