Tu disposición de entrega me envuelve
como la noche que respiré por vez primera
sin gritar tanto para no desentonar
con la armonía de la dedicación,
compañera, de extremidades vigorosas
como el alma que enciende la altura
de tu blanco escote que abres con suavidad
y que ves, ¿dime que ves? si hay algo,
¿un manantial? sintonizando un cabo entre las manos,
mi muestrario de labrador indómito y de arañazos
sobre la piel, sobre la miel, sobre el papel, sobre los años,
ya estas aquí y quiero bailar hasta perdurar
hasta escapar, hasta persistir en tu gracia,
hasta descalzar nuestros pies, hasta la manzana sin daño,
nuestro amor se vistió con ropaje de expresión
como la siempre verde trepadora hiedra
que me cubre vetusta angustia, llenándolo todo de si
a pocos, con apetencias, con labios y con toda tu, mujer.
como la siempre verde trepadora hiedra
ResponderBorrarque me cubre vetusta angustia, llenándolo todo de si
a pocos, con apetencias, con labios y con toda tu, mujer... HERMOSO, CATARATA DE TERNURA!!!!!
Ternura la que inundan tu alma Nuria
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