En ese todo siempre musical
tú el alma y la atención a la resonancia
de las partículas que danzaran para ambos
con el ritmo de mi vida y la armonía de la tuya
hagamos que arda en azul el cielo nocturno
con mi frente en la tuya
con manos entrelazadas
concibamos promesas que mañana
habremos partido en tantos fragmentos,
océano, cuerpo, días expulsados del mundo,
crees en la cautiva sonrisa y en juegos vaticinadores,
en el oportuno luego, yo solo creo en tus ojos café
que son versos derramando inmortalidad en la mañana
reflejada de cerezos, mariposas, hierba luisa y anís,
la clave de sol está por dejarnos a corcheas de otoño
en la rapidísima creación para un andante que con su boca
va a saborear como se degusta una fruta
antes que tus pétalos se acaben sin mis labios,
maga mía ten suavidad, ten dulzura pura
y amémonos por algunas horas como el viento al mar.
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