Desconfía si la necesidad urge
que el sol brillará mañana,
de los pétalos salados de las rosas
de las flechas de cupido
y solo vemos su interminable
viaje en el tiempo y el espacio,
desconfía del pretérito perfecto
o del imperfecto futuro del verbo
o de la mata que guarda su brote
dentro de si, encubierta emanación,
a algún lugar en cualquier conjugación,
del aroma del jazmín en tus cabellos
que se elevaron desde la tierra,
desconfía de la rotación y de la traslación
de este pálido punto azul hacia el este
de la sombra que se proyecta a medio día
o a media noche sin saber dónde, ni cómo,
de la verdad y de la mentira que no soy ni eres,
desconfía de la energía de los átomos y
del poder de las moléculas y de las palabras
pero no dudes jamás que te amo
ni que tus ojos al descansar
lo hacen con mis sueños.
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