Entre pasos y paso,
ninguno advierte de mi
ni de las dudas que sostengo,
transitando por la urbe de la codicia
silban los pitos y las ollas huelen a sinfonías
mi voluntad se encadena dócilmente a tu dulzura
veras, en un beso veras cuanto he aguardado
es que Dios existe y habrá que inventarlo
entre las calles frías de argón encendido
la luminiscencia conversa contigo
la esperanza compensa la brevedad de la vida
nada cambiará si la tortilla se vuelve,
en un aviso se lee compre sin dinero,
esto es lo que hacen pienso,
quienes quieren deambulando esclavos
con caras de angustia por pagar la cuenta,
solo en ti y en mi la ciudad no tiene voz ni voto
ni nada que nos junte para que nada nos libere,
para no quedarnos sin primavera aunque haya
quienes prefieren un ramillete cada mañana,
no se puede traducir la música y tu que subes
y tu que sabes que todo lo que escribo
es nuestra manera de desnudarnos cada vez
que nos vemos.
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