martes, 26 de agosto de 2014

Vida y alma









Con los vericuetos del aire

rechina el amanecer desafinado


áspero y rítmico.

Sobre esta fracción de los andes

va atisbando el astro


con sus ojos de helio,

contempla el jazmín

huele mis años

de roces y ficciones  


de una vez para siempre,

conferidas y acogidas.

El gesto figura un dulce enfado,

el fuego sucedió a la piedra

soy un par de platos que lavar,

un vistazo por la venta,

unos pasos en la acera,

una mirada a cada lado, 

las flores no dejan 

a las puntuales abejas,

ni las dudas recuperan

del pasado sin futuro.

soy quien en su silencio ama.

No soy la voz de los escrúpulos,

y a veces llora, ríe, antoja,

soy el sueño que remonta


soy infante veterano,

la soledad va de mi mano,

el desenlace, la memoria,

la pena, el silencio.

La necesidad, la discordia

son retoños en mi cuerpo,

irrumpo, salgo vivo,

me las juego, no volteo

soy el dueño, el esclavo,


doy la vida y el alma 

al desengaño,

soy  prudente y demente,

me marcho a mi anhelo,

soy el dueño de lo roto

del descuido, el alboroto,

de los trozos de mi meditar.  







  


















2 comentarios:

  1. Como siempre, hermosos y metafóricos versos que nos hacen pensar. Precioso final. Gracias.

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  2. Ana María gracias por tus comentarios y tu novísima presencia bienvenida

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