miércoles, 12 de noviembre de 2014

Sangre cantora







Tus huellas digitales se abren

como profecías en tus manos de calma,

moja, si moja,  la cepa escurrida,

sencillo arroyo de la mañana,

con la naturaleza de tus ojos,

floresta tenaz de los misterios.


Lluvia afable del universo

los surcos te  han esperado

por siempre para abundar la tierra,

brío fresco de alegrías,

indagadora de mis afanes.


Te acompaña mi amor 

convincente sustento del presente,

a mordiscos, a golpes de labios,

no creo en más destino,

que tus caderas al viento,


mi amor,  te concede este momento,

te exime, sin límites, sin tiempo.

Es así como desatas la fertilidad,

y permanecemos entre niños,

acabando con las cosas de niños

rozando, concluyendo,

desprendiendo, juntando, 

nos mantenemos de tal manera,

como guijarros bronceados,

abejas traslúcidas endulzando

la sangre que canta. 





  









 





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