El pasado me concedió huellas,
en el canto del río que parte es dos
las altas montañas nevadas.
Una repentina escapada de quien
me mira en el espejo,
y me tiendo en el aire elásticos
de la intemperie de tu mirada.
Como de rápido va el río
vamos al ritmo de él
en esa dinámica de cielo movible,
aclamación húmeda que mana
lanzando nuestros temblequeos.
Amada, no sólo son míos
esta piel exigente de tu boca,
o la sal contenidas en las gotas
que resbalan por tu faz,
sino tu diciembre, tu clemencia
tu estimulante ingenio.
Vamos que eso no es todo
hay algo que preciso
reconocer como mío,
la pertenencia de las coincidencias,
que ya tejidas nos envuelven
como regalitos navideños.
Nuestro amor no es como tal o cual
Nuestro amor es arco iris,
necesita de una tormenta
y un rayito de sol,
para broncear la uva,
para aclarar nuestros ojos,
donde sin ayuda nos miramos.
HERMOSO POEMA BETO!!
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