Tal vez soy la voz
que grita en el desierto,
ecos de brumosa transparencia,
o un simple espejismo de manos
extendidos para tocarte
tus entrañas de pan,
en las noches sesgadas por teas.
Se hacía verano e invierno,
para este caso es lo mismo,
pintadas otra vez del mismo color.
La realidad, sobre todo
es un sueño para otros,
la lumbre que a veces es inherente
deja los restos de siempre.
Interpreta omisiones,
o corrige esperanzas,
somos más viejos y sinceros,
sin dejar de ser un caudal ajeno,
confundido con la víspera del propio.
que extravíe la luna,
no creyeron en el brote del universo,
¡ábrete tierra y germina!
te arrojo a la vista flechas brillantes
de nuestro amor y pretendo, exijo,
el olor que sueltan tus huellas
cuando me pierdo en la oscuridad
de la noche bajo tus párpados.
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