A bordo del futuro,
algunos pocos intervalos
me quedan aún,
para amar y desmenuzar
el grano del día,
amada, tú haces que el astro
cante y la luna baile,
con el mismo trino de la tarde.
Que los cipreses se pronuncien
en su verbo frondoso,
haces que el mar desde su
profundidad nos acaricie
los pies, las mitades.
No hay tiempo, ni espacio
sólo amor, en cada exiguo.
En cada soledad prometida,
el pretérito se fuga en silencio,
dejo de ser infractor ante mi mismo,
en medio de los pasillos ardientes,
tu voz es la lluvia de verano,
es quien alza vuelo y me acompaña.
Qué cosa más deliciosa,es leer buena poesía!!!
ResponderBorrarUn cordial saludo poeta!!!!