hay un presente espléndido,
el mismo futuro que se acerca
contigo y algunas astillas del infinito.
Entre los filudos chillidos metálicos
de las actividades literarias,
mi guitarra es un encanto inalterable,
que me libera de mis desperdicios,
para definir mi corazón salvaje,
vuelo de bandadas que conocen
Transito como un navegante lejano,
sí me abstraigo no te veo,
aunque te sigo oliendo
al caminar por la fronda de tu orilla,
mi mano espaciosa, cálida,
roja y diseminadora,
cuando quieras herirte desde el espanto,
cuando quieras privarte de problemas,
cuando quieras quererme con demora.
En el horizonte de tu mirada
hay relámpagos y truenos,
y el sabor de mi deseo,
en tus ojos está el hoy que florece.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario