miércoles, 31 de diciembre de 2014

La gota del rocío









Soy, como el hombre




que al ver la humareda




se intuye  lumbre,
cuece, abriga, tuesta,
ahuma, calienta,




y se asume ceniza,



que al verse en tus ojos




se acepta humano,




como el universo




aunque prójimo,





y muere naciendo,




entre tanto agoniza




en la aridez sin recuerdos




ni olvidos, ni simulacros.





Hasta que corto la oscuridad




con el filo del que remonto,




soy, como la criatura




que por fin se sabe soberano,




del aligerar,  del levántate,


sopla con el infinito y conmigo,


migra polen con el viento 


al huerto lejano



de jirones y eguzkilores,


aprecia animado


el amarillo azul firmamento,


y ama, ama hasta la saturación.


hasta la suturación,


hasta ver en la gota del rocío


la fiesta de la poesía.






























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