Tengo el tiempo ajustado al cuello
contemplo que no porto razón,
cuando la claridad de tu cabeza
se va curvando en tu suave perfil
hasta impulsar sin tregua tus pies,
que te llevan a ver el mar chocolate.
Llamas a tu amor por el móvil,
no eres de ámbar ni terciopelo azul
eres apretada por las manos,
amada por la lumbre, el sustento
es ahora de los que llevan hambre
de tu pecho que late a cielo abierto,
hay que ir a cualquier otra parte,
para olvidarnos de todo
para entrar en tu luz de niña
que ya no sueña a soñar
y vive porque hay ganas,
pies de piernas de caderas
tiembla el aire entre mis dedos
el agua de tu boca de cara
al cuello entre hombros abrazos
de remo, vamos con exceso
contra el aburrimiento sistemático,
en tu centro encuentro el momento,
mi amor es de abeja obrera
cuando tu eres capullo tornasol,
al verte alborear, yo encontré
el sol en el núcleo de tus ojos,
y todo lo que estimo es mirarte
desdoblar y aclarar el día.
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