Soy un hombre presto a amar,
esto nadie me lo quita,
y tu quizás eres como el pan
sin levadura ni margarina
sin esperar otro día de soles
con olor a violines y voz de manzanas,
¿como etiquetar el sabor
del unicornio perdido de invierno?
Ahora estoy, ahora ves,
el sol me dejó los pies encendidos
ser valiente no es cuestión de azar,
hasta que esto acabe
cuantas cosas sencillas pasarán,
tu también tienes que ver,
me vestiré de piel al amanecer
solo para quitarme el disfraz.
Este setiembre traerá mas que una primavera,
tu me tocarás en realidad, si lo harás
sobre la vereda discrepante de la paz,
perdona mi osadía de almendras
el reloj de mi tiempo biológico
y a estas lineas escritas por tantas manos
de una sola palma, por una sola vez.
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