Todo tiene su tiempo,
ni antes, ni después,
entero en su momento,
eres la sencilla locura de mi despertar,
fluido claro que me exijo beber,
entrañable lo pones en mi boca,
lluvia tenue de primavera
con labios fecundos de mora.
Sin importarme ni como y porque
me trepo al mundo sin precisar otro lugar
que el aroma de tu tez abierta,
trigo, madera, sal y dolor
te supe, te figuré, te amé
lo hago sin que lo sepa,
a mi sonrisa le urge la tuya,
sonríe y desviste mi alma,
libera las horas olvidadas
para sembrarte en mi jardín
de sangre y canciones,
cuando voy contigo se detiene mi vida,
y se espanta la frialdad que venia conmigo
y ardo porque el fuego es tu ámbito.
Ríe y perfila esperanzas
recoge con besos mis miradas,
quiero en mi orilla tu oleaje,
sorber del arroyo tu mirar,
tus manos, mis manos,
trenzar mi aurora con tu clarear.
Sorber del arrollo de tus letras, hermoso poema. Gracias.
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