Según dicen mis huesos
mas exactos que los fastos
volvió la primavera
con su calor de infancia,
la parcela de manzanos.
Las ardillas con las manos
despiertan los nogales,
si no fuera por que yo
descalzo en la tierra
cruzo la raya divisoria
entre estarse quieto
y amar lo que se hace,
no me incomoda el sol
cuando el alma se deshiela,
canta tenue mi boca
mis ojos oscilan
con esa tu fragancia nómada
que subió por las ramas
hasta llenar de hojas
el libro que impregnó mi criterio,
Precioso. Me encanta ese principio y todo el desarrollo del poema. Muchas gracias.
ResponderBorrarUn abrazo.