Animate con el sabor de la tierra húmeda
enredada en un suspiro jazmín de madrugada.
Con el raudo trino agitado del zorzal
emparejado en pos de curar el infinito,
que hoy, está en nuestras manos y debajo de las uñas,
ponte los abalorios de hojas verdes y de todas las flores
en torno al cuello para que se propague el cielo,
florecilla del lapso de lluvia extendiendo primavera,
que íntegra la ternura anuncie en mí sus labios,
y que las corolas se pinten como corolarios,
cuando en las alas del tiempo se tueste la tarde
entre cháchara y canto, entre pampa y campo,
fiel cariño que bebe la misma sed para compartir el agua
y ciñe a su pecho el agotamiento sino las manos o el dolor,
a un metro ochenta de altura y a ocho de luz y aceitunas
descubre con los destellos de sus ojos de fuerza
el instante despejado de la esencia de las godecias.
Anímate a pintarle una permante sonrisa al portador de vida
hay que ponérselo de mil colores que no se marchiten.
Has combinado los racimos de finos hilos castaños oscuros
con, qué verdad nos a tocado en el café por donde asomo
y reaparezco en la tierra, en el oceano, en la vertiente del río.
Anímate a desplegar tu canto bajo las aguas translúcidas
para que los pies de la luna dancen a tu ritmo, flor bonita
mejillas con calor de sinfonías entre los pétalos, tus manos,
me contactan con tu casa.
.
Anímate
ResponderBorrarcomo se animan las almas a renovar su manto, como se renueva esa flor, en el manzano.
Anímate, como lo hice yo, sin despecho, pero con desencanto.
Saludos María gracias por tu comentario
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