Tengo la percepción
de que los días transcurren
vertiginosos, entre el olor
de las frutas que amo,
y tú postura de entrega.
siento que el intervalo es escaso
como para ensamblar partidas,
este afluente no vuelve.
Cogeríamos, versus,
hubieramos cogido
el agua con las manos,
podría acercarse al concepto,
mientras fluye, refiere
como suena el grito
de los peces terracota
detrás de los días,
llevados por el viento
hasta el centro del campo,
allí donde las palmeras
se reclinan sobre los arroyos
que amé sin que yo lo supiera,
cuando brincaba el hijo de la tierra
en las repentinas riberas
donde imaginaba amapolas,
e inventaba mi vida detenida
en el toque que me dabas,
detrás de las noches
que no regresan porque
sueñan caminar su destino,
dentro en un río hacia la mar.
Frente a mis ojos gobernándome
un té de manzana, canela y miel,
y tu gracia de mujer infinita.
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