
El ayer se puso zapatillas
y me dejó sin sombra
con un pie tatuado
donde se lee,
tal vez si o tal vez no
y todo lo contrario,
Permíteme empezar
que me tengo que crear.
como la mañana
en el canto del zorzal,
misteriosamente,
a través de la noche y el alma,
entre dardos de diamelas
y tangibles cosas inciertas.
Nazco, sin saber como,
escucho el acorde apiadante
en el aroma que gotea

sobre mi lengua,
acabo de llegar
no sé ni dónde ni cómo,
las pupilas dilatadas
con las que mastico la vida
y pensamientos curvados
me dicen que te ame
sin detener el placer,
la palabra es otro sonido,
como los siete pétalos
que navegan bajo el puente,
enciendo la mirada
que pregunta tu nombre,
me pincharon las espinas,
hasta saberte rosal
y aquietarte en mi boca,
como mi torso en tu mano,
invisible, invencible,
la tarde de otoño
vibra al pie de la escalera
sin ascender ni descender
al frente se pinta tu figura,
es como saber que de este modo
somos un espacio velozmente

ocupado por el hambre
de todo lo nuevo,
PRECIOSO
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