
Cuando miro tus ojos
relámpago de rosas juveniles,
inesperádamente se vuelve
puro mi corazón,
y la esencia se torna visible,
esplendor escogido
de otra creación.

Toda la luz del océano
aguas de olas despiertas
bañan mi cuerpo y el tuyo.
Ondulante, van, vienen,
te sumerges en el van,
yo en el vienen; y, dóciles
tu van, tierna, me eleva,
te alza mi vienes, absorta,
limpia mi piel, calma mi anverso,
la onda enciende mi espíritu

indomable antorcha en mi pecho,
tus manos llenas de mañana
son más limpias que el alba
y en cada meneo se pone tranparente
el río de mi sangre.
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