lunes, 12 de mayo de 2014

Cabellera de hilos radiantes

 






Larga cabellera de hilos radiantes

trenzados desde el sol con la rosa

azul de las manos de Romeo

rehacen los besos que le dio Julieta,

acuosa evidencia de la existencia de Dios.

Por la arena nadaba un cardumen

sediento de andrajos descompuestos, 

al final, el dolor provoca más miedo

que el fin, regazo donde se olvida la muerte.

En Lima hay una docena de chicas

partículas del mañana en la galería escarlata,

cayó una, cayeron hojas de jacarandá frente a mí

la verdad no siempre está del lado de la victoria

hay un lobby con mil ventanas y derrotas

así, de esa manera nos enseñó la vida,

pero siempre hay un rasguño de primavera

en la mitad de los océanos, de las gargantas,

de los párpados, donde se atraviesa el silencio.

Dime que Los Ángeles no se encuentra al norte,

que los niños no lloran en una canción de los ochenta,

y tú no buscabas la saliva congelada cuando sale la luna.

No hay más que uno por ciento, más de un millón  

fabricando las cadenas plásticas para maniatar la libertad

que cegaron los ojos y endurecieron el  corazón.

Estamos acostumbrados a la derrota como a comenzar de nuevo.


     
 





  


2 comentarios:

  1. Estamos acostumbrados a la derrota como a comenzar de nuevo....
    Me gusto mucho !!
    Gracias por tu amistad

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