Gracias amig@s de este pálido punto azul
Las líneas que hoy hilo son para todas y todos los lectores de este
Blog que me acompañaron durante el año que pasó. Por cosas insólitas de la vida comencé a
escribir y publicar en mayo del dos mil trece mis primeros versos, a los
cuarenta y siete años, algunos pensarán un
poco tarde, yo no lo veo así, quizás fue la manera que a esta edad encontré
para despedirme para siempre y sin dolor del cautiverio en el que estuve inmerso
gran parte de mi vida, aquel que me cruzó de brazos, me volvió indiferente,
indolente, evasivo a la realidad en la cual vivían y vivimos los llamados
“insignificantes.”
La experiencia que viví, muchas veces por propia voluntad y otras por
ajena, fue muy dura y extensa, mas la
aflicción prolongada no logró quitarme
el aliento, por el contrario, tomé al toro por las astas y me quedé con lo
valioso que aprendí en este destierro. Mi
posición ante el mundo es diferente y sólida, entre otras cosas, gracias a la
presencia de los catorce mil visitantes que registró las estadísticas del Blog en
nuestros encuentros diarios durante este periodo, lo que me indica que camino
por la vereda de los frutos que consolidaron mis convicciones. Nunca estuve más
seguro de lo que hay que hacer, digamos pues, que me trajeron de la mano, de
las orejas y del corazón hasta aquí con
la dignidad y grandeza que anida dentro de ustedes.
Mujeres y hombres del mundo, del pueblo, capaces de dar y darse,
démonos unidos, a donde quiera que nos lleve esta amistad, será buen puerto.
Este momento de mi vida es muy importante y nuevo (recién cumple un año) en el
que hemos estado lado a lado, mirada a mirada, latido a latido, compartiendo la
calidez de gente vertida hacia afuera,
de los seres que creen y se ponen a amar a los otros, esto me genera la
necesidad, la urgencia de seguir haciendo, de seguir pudiendo. Ustedes lograron lo que en teoría parece
imposible y quizás soy la evidencia que juntos podemos más que el
ensimismamiento, la soledad y las derivaciones que de ella se desprenden, mas
esto no es suficiente.
Con el poder de ustedes muchas cosas se volvieron posibles, porque
somos de la gente que se ha decidido a “poder”. Muchas gracias por no haberme dejado solo,
gracias amigas y amigos por querernos tanto, a ustedes debo y deberé el aire
libre que respiro, el sol con que me dejo alumbrar, las radiantes flores que
veo, la vitalidad de los caminos y caminantes, las voces y los cantos, los
sueños y este espacio tan de ustedes como nuestro, ustedes me han devuelto la
vida como tal, ustedes me han arrancado
la soledad y me han entregado ternura, fe en el ser y han esperado mi progreso,
con la terquedad de sus bondades han realizado lo imposible. No quiero dejar de
dar gracias a aquellas personas que con libertad hicieron a un lado mis poemas
o deslizaron algún comentario no grato. A las personas que aún siguen esclavos
de sus angustias les doy testimonio que con voluntad es posible
cambiar el mundo, ahora sabemos que podemos.
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