La soledad se incrementa
a razón de la dimensión de la entrega.
Deleitante olor a flora humedecida,
a tierra dada a humus y savia.
Perpetuidad con fecha de vencimiento.
La alianza suscita distintas resonancias
en cada sustancia, en cada tejido,
en cada árbol, la percutiente sonoridad
de la copa barrida. Suerte, el caminar
por este mayo sin criterio, ni prejuicio,
limpio los pulmones
de inhalaciones metafísicas,
como la mente de informantes
abstractos en forma
y danzantes en anhelos.
El agua atomizada
desde el ras del césped,
desde el pavimento,
desde los pies hacia lo alto,
hacia el sol llevado
al universo de la simbiosis.
Alguna vez se hacía
un gran silencio sobre la tierra,
qué fortuna haber llegado
hasta esta catarata del tiempo
sin espera de otro momento
para regresar al mundo,
al gran centro de operaciones
donde todos son comidos por todos,
ante mí el fruto del guayabo
dentro de la unidad de lo fluido.
Otro es la pompa del pavo real,
de la cacatúa, de la mirada incapaz
de entender y percibir siquiera
la realidad de su misma presencia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario