No es que la dejadez
se pliegue a la entrada del futuro,
ni que venga porque llamas,
o porque es fácil hacerlo.
Abrázame con la melodía del silencio
cuando el pasado quiera presente,
cuando la noche inmensa
quiera ser mas que una cena.
Hoy es el día mas bello
no porque amaneció más temprano,
sino porque vino con agua y sangre,
porque regresó de periplos y dolores,
porque tu mano volvió a la guitarra,
y el sol al trayecto de la jornada.
Amada de los azules repentinos,
saliste de la tierra, cuan verde y húmeda,
sabiendo que las liberaciones
no son mas que verdades alegres o extraviadas.
Pueda que a ratos te dibuje un mundo color rosa
pero puede también que a ratos seas el brote
y otros el rayo de luz inquieto
asegurando calor y yo la intemperie,
coincidiendo en lo indispensable,
miradas que se atreven a regalarse gracia,
y a desmontar lo que no lo es,
entre gestos de labios
cautivantemente primaverales.
Nada ni nadie espera
los pájaros vuelan,
custodiando el crecimiento
del peregrino advertido,
nuestros pulsos continúan,
por mas ánimo, por mas ternura.
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